Nunca me abandones (2010) Mark Romanek
Una película excepcional que adapta la novela de Kazuo Ishiguro. Con pausa, pero sin morosidad, el director encauza un relato precioso e inquietante, absorvente, que fluye con generosas dosis, pero sutilmente administradas, de romanticismo, horror más psicológico que físico, y un aura de belleza atravesada de fatalidad. Ha sido comparada con un cruce entre Jane Austen y Philip K. Dick, y no me extraña, pues un halo de ciencia-ficción recorre el conjunto, maravillosamente vertebrado por la primorosa música de Rachel Portman. Una bella película triste, y maravillosa.
-