17/1/10

1960-69

está pelín descoyuntado pero aquí hay algunas películas
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La máscara del demonio (1960) Mario Bava. Es un hito del cine fantástico, de terror, en el que debuta el gran director italiano, y destaca una Barbara Steele que irradia un enorme magnetismo erótico.-
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Sólo para hombres (1960) Fernando Fernán Gómez. Una impagable comedia con tintes feministas que satiriza un período y unas costumbres sociales bastante injustificadas y ridículas.
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tirad sobre el pianista / tirez sur le pianiste, de François Truffaut (1960)
La nouvelle vague francesa tuvo su razón de ser con películas como ésta, en la que hay tanta vivacidad y frescura, rodada por el operador Raoul Coutard con un dinamismo y agilidad fascinantes, y dirigida por Truffaut, que dio rienda suelta a su talento, su buen humor y su buen hacer como director. El resultado es un clásico del cine negro, aunque 
Tirad sobre el pianista no es sólo cine negro, es cine.Truffaut, se nota, se divirtió como un niño rodando esta joya que, sin embargo, suele quedar a la sombra de otras películas del autor (Los cuatrocientos golpes, Jules y Jim, El pequeño salvaje...) aunque Tirad sobre el pianista es una gran película, una pequeña obra maestra.
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El fotógrafo del pánico (1960) Michael Powell. Un clásico del terror, del cine sobre psicópatas, del análisis del voyeurismo e incluso de la reflexión sobre el propio cine y la condición cinéfila. Perturbador, insano, magnético, un film del que han bebido sangre directores como Scorsese y Polanski. Imprescindible en la historia del cine y de la cinefilia.
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ojos sin rostro / les yeux sans visage, de Georges Franju (1960)
Este film de terror de uno de los fundadores de la Cinematèque francesa es perturbador, y sin embargo, como la belleza de Alida Valli o la deliciosa e inquietante música de Maurice Jarre, posee cierto encanto a pesar de la obsesión malsana del doctor que intenta reconstruir la cara de su hija... Pero este encanto es breve, claro, porque esta película es de horror y precursora de numerosas cintas del género. El argumento es lo bastante aterrador para inquietar y Franju tampoco elude algunos pormenores sangrientos ni descuida un final feroz como pocos. La película, sin embargo, posee un halo romántico que la recorre entre el espanto, la fatalidad y la demencia, que hacen de 
Ojos sin rostro un clásico.
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El apartamento (1960) Billy Wilder. Un día Billy Wilder tras ver la magnífica "Breve encuentro" de David Lean se preguntó sobre el tipo que les dejaba el piso. Así nació esta película, agridulce, inolvidable, que es una pequeña joya nacida lateralmente de otra.
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La evasión (1960) Jacques Becker. Esta película inolvidable es un clásico del género carcelario. Cine sin artificios, elaborado con firmeza, pero con tanta sensibilidad como pulso por el maestro Becker.

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El año pasado en Marienbad (1961) Alain Resnais. Tras una fructífera carrera en el documental que incluye el clásico Noche y niebla (1955) y un debut en la ficción con otro clásico innovador de la magnitud de Hiroshima mon amour, Alain Resnais realizó esta película fascinante, enigmática, misteriosa, magistral... Una película magnética y cautivadora. Una lección de cine, en especial sobre el montaje cinematográfico, y una película que amalgama a las demás artes en una obra total. Rebasa la categoría de obra maestra: desprende algo indefinible y especial, un poso de reflexión e indagación vital, existencial, filosófica... y una vigorosa, profunda y sutil poesía del misterio. Inolvidable e imprescindible, justifica la existencia del cine. Mítica.
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La chica con la maleta (1961) Valerio Zulini. Uno de los clásicos del cine italiano de los 60, con sentimientos agridulces muy bien expresados y magníficas interpretaciones... inolvidable Claudia Cardinale.
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Hatari! (1961) Howard Hawks. El maestro Hawks logra otra magnífica película, sin importarle el género, con esa sencillez, fluidez y alegría de vivir que sólo poseen los más grandes. Aventuras en el corazón de África con un gran sentido del humor, la melodiosa música de Henry Mancini, y con el gran John Wayne. Vitalidad a raudales.
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El bello Antonio (1961) Mauro Bolognini. Una magnífica película que aborda la impotencia sexual y sobre todo refleja las conductas sociales, algunas detestables, que provoca en el entorno, con sensibilidad y penetración psicosociológica admirables. Un drama tratado con la seriedad que merece y soberbiamente interpretado.
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l posto / el empleo, de Emmano Olmi (1961)
Este film del posterior realizador de "El árbol de los zuecos" es al mismo tiempo tierno y simpático pero también ácido, crítico y realista, además de una película bien interpretada. Un joven busca su primer empleo en unas oficinas, conoce a una chica el día de las pruebas de selección de personal, y algo bello y dulce surge entre ellos. Cada cual consigue empleo en un departamento distinto... El final, realista y aterrador, es notable y revela una gran maestría en el uso del sonido, que es el reflejo del porvenir sin alegría que le espera al muchacho. Una película magnífica, sin narcótico final feliz porque el director, aunque no ignora la ternura y la alegría, sabe que la vida es complicada y la vida laboral a menudo deshumanizada.
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Todo el oro del mundo (1961) de René Clair. Es una comedia muy ácida y crítica con determinadas actitudes y comportamientos de baja moralidad, muy apropiada en estos tiempos de saqueo urbanístico y mentiras constantes.
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jules y jim / jules et jim, de françois truffaut (1961)
Obra maestra, clásico del cine mundial, exponente supremo de la nouvelle vague... ¿qué se puede decir para hacer justicia a Jules y Jim? Truffaut filmó tan magistral y vivamente este relato de un trio amoroso que de no existir esta película a quienes la hemos disfrutado nos faltaría algo... Cuesta imaginar un fotógrafo mejor que Raoul Coutard, un músico mejor que Georges Delerue o una Catherine mejor que Jeanne Moreau (¡qué gran mujer!) para esta película, que sólo podía realizar alguien con tanto amor por las mujeres, el amor y el cine como François Truffaut. Algo más que una joya, esta película es un auténtico collar de diamantes.
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El terror de las chicas (1961) de Jerry Lewis, es una comedia paradigmática del cómico aderezada con una música viva y alegre y una puesta en escena muy musical, aunque quizá irregular es fresca y optimista
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Accatone (1961) Pier Paolo Pasolini. La primera obra del autor italiano es tan personal y religiosa, tal y como entendía la religiosidad Pasolini, como sus obras posteriores. Marginal, naturalista, dramática, cruda, virginal...
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Cléo de 5 a 7 (1962) de Agnés Vardá. Una muestra viva y vibrante de la nouvelle vague francesa a cargo de la interesante directora.
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Sanjuro (1962) de Kurosawa, quizá sea considerada una película menor dentro de la valiosa filmografía del maestro, pero es una película divertida, entretenida y agradable, ¡y eso ya es mucho!
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La soledad del corredor de fondo (1962) de Tony Richardson, es un clásico del renovador free cinema inglés, y está bien rodado con modernidad y frescura.
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Vivir su vida (1962) de Godard, es una de las obras más maduras e interesantes de Godard, rodada en estado de gracia, con registros que van desde la gelidez a la exaltación y la emotividad (nunca sensiblera), pasando por la habitual lucidez e intelectualidad del cineasta, con una rabiosa audacia formal, una modernidad sorprendente todavía, y momentos muy logrados respirando al compás de su pareja Anna Karina, de la que sin duda Godard estuvo muy enamorado. Hay una edición en doble dvd con un interesante documental y sobre todo dos buenos cortos del primer Godard, rodados en los 50.
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Atraco a las 3 (1962) de José María Forqué es una buena comedia con un elenco de excepción en el cine español de la época.
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Flaming creatures (1963), de Jack Smith, es uno de los films más emblemáticos del underground americano, atacada incluso judicialmente en su momento, defendida con entusiasmo por Jonas Mekas (ver su Diario de cine) y rodada en blanco y negro, puede verse en http://www.ubu.com/ en el rincón dedicado al artista. Se trata de una película maravillosa y arrebatadora, lírica, fresca, humana, llena de un vigor sensual y poético que trasciende los superficiales y reduccionistas ataques por obscenidad, perversidad y demás a las que es completamente ajena. Es antes que nada y sobre todo una juguetona celebración de la vida. Y una liberación dionisíaca por encima de la consideración que tiene como film de culto queer. Una película que me recuerda a la magnífica película de Sjöstrom titulada "El viento", si en aquella obra maestra del mudo se oía el viento, en esta obra maestra del underground rodada en blanco y negro se ven los colores de la vida.
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Corredor sin retorno (1963) de Samuel Fuller es la obra maestra del director, y un clásico del cine psiquiátrico, con una atmósfera fascinante y delirante muy apropiada para la historia, intensa e indeleble que plantea.
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El milagro de Ana Sullivan, (1963) de Penn, es un relato sobre la fuerza de la ternura que se halla dentro de la perseverancia. Narra vigorosamente una historia de coraje y crecimiento.
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La jetée (1963) Chris Marker. Este corto o mediometraje de apenas 30 minutos es sin embargo un clásico imprescindible e inolvidable. La narrativa es provocadora y la historia misteriosa y fascinante. Décadas después Terry Gillian realizó 12 monos sobre el mismo argumento, aunque con resultados inferiores.
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Tom Jones (1963) de Tony Richadson, es una comedia satírica bastante irreverente. Un divertido clásico del renovador free cinema inglés.
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Lio en los grandes almacenes (1963) de Tashlin, es una película divertida y quizá una pequeña obra maestra, con un Jerry Lewis en uno de sus mejores trabajos, y para mí una película que me pone una sonrisa en los labios y en el corazón, porque la descubrí de pequeño...
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Cortometrajes 1957-1963 (1957-63) Roman Polanski. A propósito de la edición en dvd de estos cortos de Polanski quiero reivindicar el formato de cortometraje como algo autónomo, no una mera cantera para el rodaje de cineastas, y hacer notar que al igual que un aforismo puede contener una maestría y sabiduría admirables, existen cortos tan notables e inolvidables que uno desearía que fueran más largos. Y entre estos cortos de Polanski, con sus señas de identidad indudables, hay alguna que otra joya.
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Muriel o el tiempo de un retorno (1963) Alain Resnais. Una película singular, como sus films anteriores. Formalmente es muy original, aunque extraña, y sin dudas es una experiencia cinematográfica desafiante. Algo irregular, sin embargo, tiene momentos llenos del talento e ingenio del mejor Resnais.
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La mansión encantada, Robert Wise  (1963) Una magistral dirección y ambientación confieren a esta magnífica película una atmósfera muy perturbadora, que se intenta imitar una y otra vez.
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Las tres caras de miedo, Mario Bava (1963) Tres relatos de terror por el gran Mario Bava, incluyendo el antológico "La gota". Cuenta con la participación de Boris Karloff y no le es ajeno el sentido del humor, más bien celebra la catarsis del terror con un epílogo autoirónico de lo más divertido. 
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Seis mujeres para el asesino, Mario Bava (1964) Mario Bava debe ser de los directores más imitados y menos reconocidos de la historia del cine. Esta película también abrió camino al giallo italiano, aunque la fama se la llevaría con el tiempo Dario Argento.
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La máscara de la muerte roja, Roger Corman (1964) El ciclo Poe de Roger Corman cuenta entre sus más destacadas obras esta película interpretada nuevamente por Vincent Price.

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El extraño viaje (1964) de Fernando Fernán Gómez. Descubrir o volver a paladear esta obra magistral es quizá el mejor homenaje que se le puede hacer al gran escritor, director y escritor. Se trata de una obra cumbre del cine español, y en ella, como detalle cinéfilo se puede ver actuar al director de culto Jesús Franco.
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Gertrud (1964) Carl Theodor Dreyer. La última obra maestra de uno de los directores imprescindibles de la historia del cine. La historia queda indeleblemente marcada en el alma gracias al talento de Dreyer.
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Lilith (1964) de Rossen, otro director que hizo películas interesantes, y ésta es bella y perturbadora, romántica hasta la locura, ambientada en un sanatorio...
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Zorba el griego (1964) Michael Cacoyannis. Momentos inolvidables en la historia del cine coronados por una música ya casi eterna y una interpretación soberbia de Anthony Quinn, en el papel de su vida.
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El manuscrito encontrado en Zaragoza (1964) Woljciech J. Has. Una obra maestra, alargando el comentario un clásico del magnífico cine polaco de los 60, y una obra que no tiene rival en su maravillosa mezcla de onirismo surrealista, humor, fantasía orientalista en ocasiones, delicioso erotismo y fidedigna adaptación de un clásico de la literatura polaca curiosamente escrito en francés. La maestría de esta película ha merecido la admiración y el reconocimiento de directores del calibre de Buñuel, Coppola, Scorsese... que la han elogiado con un encendido entusiasmo, además de una legión de seguidores que desde hace 40 años nos quedamos asombrados ante esta película. El cine se inventó para que se pudieran realizar películas como El manuscrito encontrado en Zaragoza.
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la muerte tenía un precio (1965) de Sergio Leone, es el segundo western de los tres que interpretó Clint Eastwood a las órdenes del director que replanteó el género. Las buenas interpretaciones y la magnífica música de Morricone se unen como la uña y la carne en un relato bien urdido, quizá inolvidable. Ah, como curiosidad deshacer el tópico despectivo sobre el spaghetti-western, además es una coproducción italo-hispano-germana hasta tal punto que Klaus Kinski aparece en un papel.
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Simón del desierto (1965) de Luis Buñuel es un film impactante y poderoso del gran maestro Buñuel, rodado en México y con secuencias inolvidables. Un mártir en vida es tentado... ¿será vencido por el diabólico (para Buñuel) rock and roll? La respuesta: ver la película.
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El tren (1965) John Frankenheimer. Un reparto excelente para una magnífica realización que narra el recorrido de un tren lleno de tesoros artísticos saqueados por los nazis en la Francia ocupada. Un tesoro escondido.
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Viva María (1965) de Louis Malle. Una oportunidad de reírse mucho con la gran irreverencia de una película que se burla de casi todo, incluso de los estereotipos de sex-symbol, y que cuenta con Jeanne Moreau y Brigitte Bardot, dos sex-symbol.
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Pajaritos y pajarracos (1965) Pier Paolo Pasolini. Magnífica e inolvidable película con un universo muy particular y un lirismo desenfadado y sutilmente reflexivo. Un genial Totó aún hace más entrañable esta gran comedia.
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La mano (1965) Jiri Trnka. La animación suele tenerse por un género orientado al público infantil, pero el maestro Trnka demostró una y otra vez que la animación puede abordar lo que se proponga, incluso la crítica del totalitarismo y las presiones a las que los artistas pueden ser sometidos. Una obra maestra no sólo de la animación sino, en mi opinión, una obra que debería ser (si no lo es ya) declarada Patrimonio de la Humanidad.
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Viento en las velas, (1965) de Mackendrick es un relato de piratas que pecan de ingenuos. Una película digna y bien dirigida.
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Terror en el espacio (1965) Mario Bava. Con una cuidada estética, en la que destaca una sugestiva fotografía muy viva, Bava aborda una historia de ciencia ficción y terror que a buen seguro conocía Scott cuando abordó, con un presupuesto más generoso, su ya clásicoAlien, el octavo pasajero. Scott homenajeó o plagió bastante al maestro italiano.
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Trenes rigurosamente vigilados (1966) Jiri Menzel. Una pequeña obra maestra, con una vitalidad, humor y personajes impagables. Memorable.
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Faraón (1966) Jerzy Kawalerowicz. Admirable obra del mejor cine polaco que con su profundidad, estilización, sensualidad y convicción, aborda lo que por culpa de las convencionales aproximaciones hollywoodienses se llama película faraónica. A años luz de estos productos si acaso espectaculares, esta magnífica obra de arte supone un trabajo de gran calibre cinematográfico que paradójicamente resulta más fidedigno a lo que seguramente fue el Egipto de sus célebres dinastías que cualquier otra película, a pesar de que en realidad la obra se basa en una novela que fabula sobre unos reyes que históricamente no existieron. De todas maneras esto no desmerece en absoluto la magnífica labor de vestuario, música... y sobre todo la muy lograda labor de realización que hacen de esta película un clásico y todo un ejemplo de que el cine espectacular puede tener mucho más que los vacíos artificios palomiteros a los que nos ha acostumbrado no sólo Hollywood. Cine espectacular y artístico en una misma película, palabras mayores.
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Andrei Rublev (1966) Andrei Tarkovski. El magnífico fresco del director ruso sobre una parte de la edad media aborda la figura del pintor de iconos Andrei Rublev, que sufrió una grave crisis de fe y abandonó su don. La resurrección de su fe le conduce al florecimiento de su arte. Profunda y poética revela el talento y personalidad de un ser tan espiritual como Tarkovski.
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El joven Törless (1966) Volker Schlöndorff. Es quizá el comienzo del nuevo cine alemán, con una portentosa adaptación del relato de Musil.
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Nacida libre (1965) James Hill. Un clásico del cine familiar con la conmovedora historia de una leona criada por un matrimonio. La magnífica música de John Barry redondea esta simpática y emotiva película.
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Cul de sac, callejón sin salida (1966) de Polanski, es una película muy pero que muy especial, rara, con un humor y acidez considerables, pero también tenebrosa, loca, enigmática, desconcertante, pero me parece un gran trabajo de Polanski, una película bien llevada, y sorprendente.
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La jauría humana (1966) de Arthur Penn. Es un retrato más realista que pesimista sobre la honestidad, la mala suerte y la estupidez, locura y maldad humanas. Con Marlon Brando, Robert Redford, Jane Fonda, Angie Dickinson...
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El silencio de un hombre (1967) Jean-Pierre Melville. Una película de una textura muy especial, en parte gracias a la magnífica fotografía de Henri Decae, que supone una de las cimas del cine policíaco, aunque trascendiéndolo, y mucho, con la historia de un moderno seguidor del Bushido, el libro de los samurais.
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Necronomicón (1967) Jesús FrancoHay películas que por fortuna no pueden ser reducidas a palabras, trascienden el lenguaje verbal, las capacidades que posee el lenguaje hablado para expresar las cosas que sentimos, pensamos, deseamos, vivimos. Esta sugerente, onírica, increíble película del mejor Jesús Franco desborda toda definición, etiqueta o género en que se quiera encasillar. Con un notable talento para las escenas oníricas y una ambientación muy acertada, Franco despliega su erotismo imaginativo, de inspiración frecuentemente sadiana, su toque sutilmente perverso y entrega una película memorable, irrepetible, creada en estado de gracia. Es de esas películas en las que todo el mundo da lo mejor de sí mismo y confluye y se conspira el universo entero para que el prodigio, entre brumas o entre tinieblas, incluso en la lacerante luz vampírica del sol, nazca una vez más, siempre por primera vez. Quizá la obra maestra de Jess Franco, y siempre es un placer volver a paladearla en maravillosa soledad y delicioso silencio. Es una película con aspectos visuales muy interesantes en las escenas oníricas, que despertaron la admiración del gran Fritz Lang en su presentación en el Festival de Berlín. Y tiene un halo especial.
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Diabolik (1967) Mario Bava. Quizá ésta sea la mejor adaptación al cine de un cómic, cosa que no es de extrañar cuando una película está dirigida por Mario Bava, un director dotado de un gran sentido de la composición, la fotografía y de un enorme talento para los trucos y efectos especiales, la banda sonora corre a cargo del genial Ennio Morricone y la máscara inolvidable de Diabolik la firma el gran Carlo Rambaldi. Esta película estimulante, con el característico toque erótico, e incluso perverso, del gran Mario Bava es una de esas raras avis de la cinematografía mundial, contínuamente redescubierta y paladeada por cinéfilos ávidos de una originalidad y desparpajo que no suele verse en la mayoría de películas. Con una autoironía impresionante, y el protagonismo estelar de John Phillip Law y Marisa Mell es una joya algo escondida todavía, que expresa además el clima contracultural de los 60, el kistch de la época y desborda imaginación por los cuatro costados. El gran Mario Bava se permitió el lujo de gastar sólo 400.000 dólares en una película que tenía 3 millones de presupuesto, digo esto porque en el cine actual se gastan barbaridades de millones de dólares en películas que no le llegan a Diabolik ni a la roña de los zapatos. Aprendan productores y directores hollywoodienses, que se han creído que las películas se hacen con mucho dinero y las películas sobre todo se hacen con talento e imaginación. Diabolik es una prueba.
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Branded to kill (1967) Seijun Suzuki. Magnífica película del cineasta nipón en la que despliega una sugerente atmósfera visualmente audaz e imaginativa, recorrida por un penetrante aroma de una rara perversión, belleza y erotismo. Film de culto, y con méritos de sobra, reivindicado por Jim Jarmusch, Tarantino...  
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Yellow submarine, es el clásico vanguardista rodado en 1968 por George Dunning, con música de The Beatles, sin olvidar arreglos de George Martin, una animación vanguardista que debió ser toda una revolución en su estreno, hace más de 40 años, una audacia formal llena de experimentación con formatos, técnicas y mil recursos, combinando dibujo e imagen "real", una historia que se acerca incluso con espíritu lisérgico a la exploración surrealista... Resumiendo, "Yellow submarine" es una película de animación que irradia vitalidad y talento, ingenio, desparpajo y supone un notable paradigma del espíritu de los 60. Y además desborda alegría de vivir. 
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Teorema (1968) Pier Paolo Pasolini. Una de las cumbres del arte de Pasolini, esta magnífica película es una obra maestra que muestra el gran talento visual del autor, su personalidad única, el don de la observación, la ternura e incluso, por momentos Pasolini me recuerda aquel verso de Baudelaire: "y el candor unido a la lubricidad". Con interpretaciones magníficas y la hermosa música de Morricone, el maestro italiano aborda una historia de poliédrica seducción, con sus delicias, temblores, secuelas, siguiendo el espíritu de tan profundo verso. Pocas películas muestran con tal hondura las cotas y abismos del deseo, el amor y la ternura, la ingenuidad, el temblor, el fuego, la necesidad, el apego, la separación, la pérdida... El torrente vigoroso y sangriento de la pasión, el desconsuelo, la nostalgia, la ruina y también el poder subversivo y transformador del amor.

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besos robados / baisers volés, de François Truffaut (1968)
Esta es una película que se disfruta, que se tararea, una comedia alegre, muy divertida aunque también tenga un halo de nostalgia amable. Es un film juguetón, vivo, se de trata de una obra fresca que no ha perdido su encanto con el paso del tiempo. Una joya más de la filmografía de Truffaut, que tiene varias, porque era alguien que no podía haber sido otra cosa en la vida. Truffaut nació para hacer películas así, y para regalarnos estos besos, y bastantes más.
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La noche de los muertos vivientes, George A. Romero (1968). Uno de los clásicos del cine de terror de todos los tiempos. Sin que pasen los años por ella, su alcance en el género y su perspicacia sociológica, con hábiles simbolismos y metáforas que trascienden las muertes y vísceras, su autor declaró: "Los zombies son monstruos de clase obrera". Antes y después en la historia de cine.
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grupo salvaje / the wild bunch, de Sam Peckinpah (1969)
Este clásico del western tiene momentos memorables, de gran cine, y unas interpretaciones dignas de una obra maestra, además de una violencia y crudeza bastante sangrientas.El film, aunque especialmente salvaje en el tratamiento de la violencia, probablemente es más realista que la mayoría de westerns anteriores. Los personajes no están idealizados ni son héroes, carecen del encanto que transmiten las películas (no sólo los westerns) de Ford, pero a pesar de la brutalidad que muestra el film, y el grupo en concreto también, sí existe un espíritu de grupo y cierta nobleza entre la persecución y la masacre... hay algo del valor de luchar por quien se aprecia, o se ama, por quien se ha cogido cariño, con quien se ha estrechado un lazo, y por ese alguien se está dispuesto a luchar e incluso a morir en la lucha... El grupo salvaje, bien mirado, no es tan salvaje.
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Los desafíos (1969) VV.AA. Esta película colectiva es una buena oportunidad para disfrutar del talento cinematográfico de Víctor Erice, que es el autor del último episodio. Se trata de una producción de Querejeta con su equipo habitual de colaboradores (Luis de Pablo, Luis Cuadrado, Teo Escamilla y el gran guionista Rafael Azcona) que destaca por su crítica al prototipo ibérico más tradicionalista
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Danzad, danzad, malditos (1969) Sydney Pollack. Un clásico que, adentrándose en el característico suceso de los maratones de baile de la depresión americana, brinda a Pollack la ocasión de diseccionar la mentalidad americana y realizar una desasosegante reflexión sobre el vampirismo humano y el lado salvaje y maldito de la vida. El título original viene a decir que a los caballos también los matan cuando sufren. Un drama terrible como pocos, con tintes casi existencialistas y seres humanos arrojados a un mundo que parece la cloaca horadada de dientes de la que habló Artaud. Jamás ver en un mal momento.
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Justine (1968) Jesús Franco. Aunque el universo literario de Sade está muy presente en la filmografía del director, con muy desigual fortuna, esta adaptación revela en pocos momentos la fructífera imaginación del autor (en especial su habilidad para las escenas eróticas y oníricas) pese a contar con una colección impresionante de actores secundarios. Muy mejorable, sin duda, pero afortunadamente mucho mejor que obras que ya no cabe considerar ni menores... 
-Calcuta (1969) Louis Malle. Magnífico documental sobre la populosa ciudad hindú, que recorre sus calles, indaga en su historia, expresa sus tradiciones y costumbres, problemas... Un recorrido, a pesar de tanta precariedad, lleno de vitalidad.
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